Londres (Gran Bretaña) 1908

Contexto general del salto del siglo XIX al siglo XX

A finales del siglo XIX Londres era claramente la ciudad más grande del mundo,  superaba en millones de habitantes a las capitales Nueva York, París y Viena.

La Revolución Industrial dio como resultado una de las ciudades con mejor comercio exterior, capitalista, avanzada tecnológicamente y comunicada (telégrafo, tren, avión, periódico, etc.) de todo el mundo. Londres era una ciudad cosmopolita.

Había construido años antes puentes cruzando sus ríos, edificios como el del Parlamento, Museo Británico, grandes mercados de carne, pescado y fruta, hospitales, hoteles, teatros, la Plaza Trafalgar con su monumento al poder naval británico, las importantes Avenidas, el viaducto de Holborn, los muelles y las estaciones para subterráneos. Instaló tranvías y trenes subterráneos eléctricos y tenía alumbrado público eléctrico.

Los avances tecnológicos y la ingeniería desarrollaron el Método científico que hizo posible la construcción en hormigón, hierro, vidrio y casi cualquier material.

Los que vivían en Inglaterra en el siglo XIX y comienzos del XX creían que las fuerzas de la ciencia, la razón y el progreso harían del mundo un lugar inmejorable para vivir.

El siglo XX  encontró a Inglaterra como una sociedad opulenta, un poderío económico que determinaba lujo y confort gracias a la burguesía industrial.

Los grandes almacenes, cafés, restaurantes y espectáculos sumados a las calles asfaltadas circuladas por automóviles y el alcantarillado como medida antiséptica hacían de esta ciudad un lugar deslumbrante para los inmigrantes que acudían a ella.

Tras la muerte en 1901 de la reina Victoria de Inglaterra asumió su hijo Eduardo VII, pasando de la Era Victoriana a la Eduardiana, más liberal y de mayor apertura en las relaciones internacionales.

Londres fue entonces, el lugar perfecto para las Olimpíadas de 1908. Sin embargo el avance material no derivó en un avance social.

Las largas jornadas de trabajo y el abuso en el trabajo de mujeres y niños pedían a gritos la unión de todos los proletarios en pos de mejoras sociales.

Ya a mediados del siglo XIX,  asociado a la ideología socialista, William Morris había creado el movimiento de artes y oficios Arts and Crafts  intentando reestablecer los vínculos rotos entre el arte y el trabajador en la producción y transformar el medio ambiente de la vida cotidiana.

Así una ideología artística pasó a ser un compromiso con el cambio social, vinculando a los hombres y mujeres con la producción para establecer las artes aplicadas, es decir en la vida real.

La culminación de esta unión socioestética entre artesanía, arquitectura y reforma fue el estilo que, impulsado en gran  medida por los británicos, se difundió por toda Europa a partir de 1890 con nombres distintos, Art Nouveau en Francia o Liberty en Inglaterra, donde artistas y arquitectos se unieron con el socialismo y el movimiento obrero.

Entre ellos  se destacó Audrey Beardsley, quien sacudiría a la sociedad inglesa de los últimos años de la era victoriana.

La gráfica elegida para este evento olímpico, respondió claramente a la época; amalgamando en el estilo Eduardiano las formas decorativas pero simplificadas del artesanal Arts and Crafts (el marco de encierro y la paleta de colores empleada) la tipografía clara y centrada complementando el cartel al mejor estilo del modernismo inglés, las gárgolas eduardianas, la corona de laureles características de las olimpíadas pero a la vez victorianas y la ilustración central propia de comienzos de siglo XX.

El marco de encierro que otorga importancia visual al cartel remitía a las construcciones monumentales inglesas, una forma de hacer mención a la imponente Londres pero también a las capacidades constructivas de este país que había levantado por primera vez en la historia un estadio deportivo con fines olímpicos.

Si bien Europa ya estaba viviendo las primeras expresiones revolucionarias en arte, como el Impresionismo, Pos impresionismo, Expresionismo y a comienzos del siglo XX la primera Vanguardia (Cubismo) no influenciaron a la gráfica olímpica de 1908 dado que el Cubismo llegaría al Diseño muchos años después, cuando el mundo estuviera preparado para recibir las nuevas ideas y el Impresionismo influiría mayormente en el  Cartel Francés. Lo mismo ocurriría con el Expresionismo en Alemania. 

En un comienzo de siglo marcadamente nacionalista, Inglaterra no adoptó estilos extranjeros (mayormente franceses) sino que produjo los propios, respondiendo a la sociedad y la época que la determinaba.

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